Mitos y leyendas de la Catedral de León de Nicaragua

La Catedral de León es un edificio histórico que, como muchas edificaciones antiguas, está envuelto en misterios y secretos. A continuación, encontrarás los mitos y leyendas más populares de nuestra emblemática Catedral, que harán que tu próxima visita a León sea aún más especial.
El mito de los siete ojos
La Catedral de León tiene un sistema emblemático, principalmente teológico, que se puede apreciar fácilmente en la iconografía de la Trinidad ubicada en el área central de la planta media. La Santísima Trinidad está representada figurativamente por tres ojos: El ojo del Padre, pintado en un resplandor tallado en el punto cenit de la cúpula mayor (justo arriba del altar mayor); el ojo del Hijo, pintado en la cúspide del altar mayor; y el ojo del Espíritu Santo ubicado en el púlpito, de cuyo casquete pende una talla en madera de una paloma blanca.
Sin embargo, ¿hay solamente tres ojos en la Catedral de León? Un ojo incrustado en el techo del Tabernaculum Domini no hace más que avivar el mito de los siete ojos. El mito cuenta que hay siete ojos distribuidos en diferentes puntos de la Catedral de León y aquel afortunado que logre encontrarlos se le concederá un deseo. Son muchas las personas que se aventuran a la búsqueda de los siete ojos, y algunos pobladores aseguran haberlos encontrado efectivamente, cumpliéndose así sus respectivos deseos, aunque nunca revelaron la ubicación de estos.
​Pero, ¿cuál es el significado del ojo incorpóreo? El Ojo de la Providencia, también llamado Ojo que todo lo ve, Ojo panóptico o Delta luminoso, es un símbolo interpretado como la vigilancia y providencia de Dios sobre la humanidad. Se puede decir que un globo ocular representado de forma aislada tiene su propio impacto psicológico inherente, como señal de autoridad y que implica una sensación de vigilancia. Incluso se puede encontrar este efecto en la naturaleza, ya que algunos animales han desarrollado «manchas oculares» en la piel para ahuyentar a los depredadores.
los 7 ojos de la catedral de león nicaragua
Ojo de Dios o del Padre, ubicado en el cenit de la cúpula mayor de la Catedral de León, Nicaragua.
La serpiente iracunda
Se cuenta que debajo de la Catedral de León, en las aguas subterráneas, habita una irascible serpiente de dimensiones inimaginables. Las dimensiones de este reptil son tan grandes que su cola llega a tocar los cimientos de la iglesia de Sutiaba, ubicada aproximadamente a 2 km de la Catedral.
La razón por la que la serpiente no ha podido moverse de esa ubicación se debe a que su cuerpo se encuentra sujeto por uno de los cabellos de la Virgen de la Merced, la patrona de León. La culebra ha intentado desatarse durante años, sin embargo, por más que se mueve, se estira y se contrae, su cuerpo continúa perfectamente aprisionado por ese «pelo divino».
A pesar de esto, la gente cree que tarde o temprano la serpiente se liberará y será entonces cuando sobrevenga la tragedia a nuestra ciudad, ya que los movimientos de esta criatura harán que el suelo se reblandezca y ocurra un terremoto del cual muy pocos podrán salvarse. Además del sismo, se espera que el agua subterránea brote violentamente hacia la superficie, ocasionando gravísimas inundaciones.
Mito de la serpiente iracunda de la Catedral de León, Nicaragua
Representación de la serpiente iracunda que habita debajo de la Catedral de León, Nicaragua.
​Los siete sótanos
La planta inferior de la Catedral de León está compuesta de siete sótanos que han servido de criptas y que constituyen una Catedral en sombras, a oscuras, que permanece parcialmente oculta y cerrada a la feligresía. Como consecuencia, se ha generado mucho misterio en torno a los sótanos.
Una de las creencias más populares es que uno de los sótanos de la Catedral de León tenía acceso a un sistema de túneles que conectaba con varias parroquias coloniales. Se cree que dichos túneles fueron destruidos a mediados de la década de 1920, cuando se instaló el sistema de alcantarillado en nuestra ciudad. Incluso se habla de un túnel que comunicaba la Catedral con el Fortín de Acosasco, un punto estratégico en el sector oeste de León. La idea de la comunicación subterránea con los otros templos se sustenta en el hecho de que la Catedral de León resguardaba todos los tesoros eclesiásticos de la diócesis de Nicaragua y Costa Rica, y durante los ataques de los piratas ingleses y franceses en la época colonial, los curas podían escapar y resguardar los tesoros de la Iglesia.
También las historias afirman que el espíritu de uno de los obispos enterrados entre los muros de la Catedral de León, el reconocido «padre sin cabeza», recorre celosamente los rincones secretos de la basílica leonesa. La leyenda del padre sin cabeza se encuentra íntimamente ligada al asesinato de Fray Antonio de Valdivieso, Obispo de Nicaragua y Costa Rica, religioso dominico y uno de los defensores de los derechos de los indígenas durante la colonización española de América. Fue asesinado a puñaladas, y su fantasma se levanta en la oscuridad reclamando por una justicia que aún no ha sido concedida.
Lo que sí es verídico es que la función de estas siete bóvedas subterráneas de ladrillo de barro es cargar con el inmueble proporcionando flexibilidad durante los movimientos sísmicos y transmitiendo las cargas al terreno.
Leyenda del padre sin cabeza en los sótanos de la Catedral de León, Nicaragua
Representación de la leyenda del «padre sin cabeza».
Fuentes:
​Véase también

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