El Tamarindón, el legendario árbol de Sutiaba
En el corazón del barrio indígena de Sutiaba se erige el legendario «Tamarindón», un árbol de tamarindo de más de 6 siglos, considerado patrimonio de los sutiabas y testigo mudo de una parte de la historia del pueblo indígena. Se le atribuye haber sido escenario de la muerte del cacique Adiact.
El cacique Adiact
Adiact fue el último cacique de Sutiaba, se dice que fue un valiente guerrero que luchó en contra de los españoles, defendiendo la libertad y sus principios indígenas. El Tamarindón fue el escenario de su muerte por ahorcamiento en 1614. Su imagen se convirtió en símbolo de resistencia indígena del pueblo de Sutiaba.
Adiact fue el último cacique de Sutiaba, se dice que fue un valiente guerrero que luchó en contra de los españoles, defendiendo la libertad y sus principios indígenas. El Tamarindón fue el escenario de su muerte por ahorcamiento en 1614. Su imagen se convirtió en símbolo de resistencia indígena del pueblo de Sutiaba.
El mito del Tamarindón
El mito del Tamarindón está estrechamente relacionado con el cacique Adiact y su atribuida hija, de nombre «Xochitl Acatl». Este mito es un referente identitario de Sutiaba y se sabe de dos versiones orales:
El mito del Tamarindón está estrechamente relacionado con el cacique Adiact y su atribuida hija, de nombre «Xochitl Acatl». Este mito es un referente identitario de Sutiaba y se sabe de dos versiones orales:
1. «Xochilt Acalt se enamoró de un capitán español. Su novio indio traicionado por los celos denunció la preparación de un supuesto levantamiento acaudillado por Adiact contra las autoridades españolas asentadas en la ciudad. Las alertadas tropas capturaron y colgaron al cacique en el Tamarindón, y los miembros de su consejo y su familia corrieron una suerte similar. Xochitl logró huir ante la barbarie del crimen, y decidió su propio sacrificio en una hoguera preparada por ella misma».
2. «El cacique Adiact muere por ahorcamiento como valiente guerrero de la tierra de hombres grandes. El ahorcamiento fue ejecutado por los españoles en su esfuerzo por invadir el territorio indígena de Sutiaba. Mientras su hija Xochilt Acalt, que regresaba de cumplir una misión, al ver colgado a su padre decidió quitarse la vida arrojándose a una hoguera, en un lugar montañoso cerca del Tamarindón».
Placa del Tamarindón
Alrededor del Tamarindón se encuentra un redondel de concreto y una placa que fue colocada en el 2003 por la Comisión Específica Indígena del Pueblo de Sutiaba en conmemoración del 389 aniversario de la muerte del cacique Adiact. La placa reza lo siguiente: «Adiact no murió en lecho de rosas, aquí lo ahorcó la rabiosa catizumba, no pregunten por su edad, ni por su fosa, los mártires como él no tienen tumba. Y este árbol fue la cruz de quien hoy es nuestra luz».
Alrededor del Tamarindón se encuentra un redondel de concreto y una placa que fue colocada en el 2003 por la Comisión Específica Indígena del Pueblo de Sutiaba en conmemoración del 389 aniversario de la muerte del cacique Adiact. La placa reza lo siguiente: «Adiact no murió en lecho de rosas, aquí lo ahorcó la rabiosa catizumba, no pregunten por su edad, ni por su fosa, los mártires como él no tienen tumba. Y este árbol fue la cruz de quien hoy es nuestra luz».
El Tamarindón en la actualidad
Desafortunadamente en el 2010, el Tamarindón colapsó, debido a su antigüedad y mal atención de la municipalidad leonesa; sus ramas fueron removidas y resguardas por los dirigentes de la Comunidad Indígena de Sutiaba (CIS). Hoy en día solamente se puede avistar su solitario y triste tronco, sin embargo, para los pobladores de Sutiaba sigue siendo «un símbolo que conmemora la tragedia de la conquista española y un ejemplo de la preservación y respeto de los recursos naturales».
Desafortunadamente en el 2010, el Tamarindón colapsó, debido a su antigüedad y mal atención de la municipalidad leonesa; sus ramas fueron removidas y resguardas por los dirigentes de la Comunidad Indígena de Sutiaba (CIS). Hoy en día solamente se puede avistar su solitario y triste tronco, sin embargo, para los pobladores de Sutiaba sigue siendo «un símbolo que conmemora la tragedia de la conquista española y un ejemplo de la preservación y respeto de los recursos naturales».
Referencias:
Traición femenina: Mito masculino sobre la conquista. Anna M. Fernández Poncela: https://bit.ly/3Av1oD2
El Tamarindón, escenario de leyendas. LA PRENSA: https://bit.ly/3GlzDjX
Sutiaba y la resistencia del cacique Adiact. LA PRENSA: https://bit.ly/3El7lDk
Traición femenina: Mito masculino sobre la conquista. Anna M. Fernández Poncela: https://bit.ly/3Av1oD2
El Tamarindón, escenario de leyendas. LA PRENSA: https://bit.ly/3GlzDjX
Sutiaba y la resistencia del cacique Adiact. LA PRENSA: https://bit.ly/3El7lDk
Véase también: